Responsable: Vera Gorali



Bienvenidos al blog del Ateneo y Seminario de Investigación "La práctica analitica del Campo freudiano en Argentina desde 1980". Aquí daremos a conocer los resultados de un trabajo en proceso que interroga cómo es la experiencia analítica para los analistas lacanianos del Campo Freudiano a lo largo de 30 años. Ésta va modificándose en concordancia con lo expuesto por Jacques-Alain Miller en su curso semanal de París titulado "La orientación lacaniana", quien en su lectura de la Enseñanza de Jacques Lacan sostiene una permanente interpretación de la época

Esta búsqueda se realiza en el marco de la Universidad Popular de Psicoanálisis Jacques Lacan (UPJL), por lo cual el estilo y los objetivos de las universidades populares serán una referencia constante.


Integrantes del ateneo:

Sophie Battistini-Caussil, Raquel Garcés, Horacio Gargano,

Ana Larrosa, Julio Monzón,Carlos Gustavo Motta,

Marta Peña, Rosana Salvatori, Edit Beatriz Tendlarz, María Videla, Gabriel Vulpara


jueves, 29 de abril de 2010

Selección Mensual del Journal Des Journées 2

Editorial

En este segundo número de la Selección nos interesa poner el acento en el texto con el que Jacques -Alain Miller dio a conocer su más reciente creación: la Universidad Popular de Psicoanálisis Jacques Lacan (UPPJL) que reproducimos a continuación. Con sorpresa y entusiasmo acompañamos ese acto inaugural, que introduce una perspectiva diferente a los intentos realizados en diversas instituciones analíticas para hacer reconocer las instancias de formación propias de cada una. Su novedad radica en que no cede sobre los principios que rigen la práctica analítica. Le sigue ahora un tiempo de reflexión para comprender sus alcances. La universidad se define como un establecimiento dedicado a la enseñanza e investigación , facultado para entregar grados académicos y títulos profesionales. Pero los analistas sabemos que no es posible otorgar un título de psicoanalista, ya que el psicoanálisis no es una profesión ni es producto del conocimiento, que los grados de analista practicante (AP), analista miembro de la Escuela(AME) y analista de la Escuela (AE) fueron decididos por Lacan respondiendo a una lógica interna al discurso analítico. ¿Cómo concebir una Universidad diferente, que no se ancle en el discurso universitario, donde se imparta una educación que no implique “la influencia ejercida sobre los educandos para la conservación de determinados valores morales y culturales” y, más importante aún, con una modalidad de evaluación que no sea ajena a la experiencia que se intenta calificar? ¿Cómo pensar una formación que, dentro de ese marco, no apunte a la identificación y que nombre sin fijar al nominado a un significante amo? La Universidad Popular como concepto tiene resonancias con la lógica de los grados pues no responde a una currícula fija y supuestamente progresiva; la formación que imparte no tiene tampoco exigencias académicas previas. Lacan demostró igualmente que el analista que se prueba tal por medio del dispositivo que llamó “pase” deviene AE (analista de la Escuela) sin otro requisito que el haber llevado la experiencia analítica hasta sus últimas consecuencias. Pero al alojar la cuestión del pase analítico –y con él la necesidad de probar la existencia de un analista cada vez- la educación que puede ofrecer está agujereada, tiene un límite de no-saber. Lo cual pone a los sujetos implicados frente a ese punto de división radical en el que – necesariamente desidentificados – pueden consentir o rechazar lo que se les ofrece como material teórico y clínico, sin “tragarse la píldora de falsas ciencias”.


Vera Gorali


La Universidad Popular Jacques Lacan (1)

Hay un tiempo para pensar – meditar, calcular, pronosticar, tergiversar – y hay un tiempo para actuar, acometer, pasar al registro del acto, lo que implica siempre atravesar a toda prisa la barrera del no saber. Hace ya algún tiempo que había puesto la idea a discusión, la de crear un potente polo de enseñanza en París, reuniendo bajo un mismo titular, sin poner en cuestión su autonomía de funcionamiento, las enseñanzas de la Escuela, las del Département de Psychanalyse, las dos Sections cliniques, el Collège freudien pour la formation permenente, l’Envers de Paris, los Grupos del Campo freudiano, ¿y qué más? Llegué hasta a evocar la idea de una Universidad europea y esta idea ha sido sostenida por Uforca, bien acogida tanto en España como en Italia. Faltaba lo que Stendhal llama "cristalización". Estas Jornadas son su ocasión. Son ustedes aquí más de 2000: es una afluencia sin precedentes. Sobre todo, por mucho que les disguste a los pájaros de mal agüero que nos prometen "la kermesse" porque ya no tenemos la cara de entierro que tradicionalmente es la de los analistas en cualquier circunstancia institucional, nunca hemos trabajado mejor, más seriamente y más agradablemente. Se desprende una línea política; la expongo a medida que se me revela, como un profeta que fuera su lógico; recibe estos días el asentimiento de la mayor parte. Pues bien, ha llegado el momento de concluir sobre el tema universitario, para ir por delante sobre más temas todavía. Digo "Universidad popular", porque el término es conocido, está en curso, y porque indica muy bien que nos tomaremos a pecho esta "educación freudiana del pueblo francés" por la que hacía mis votos a principios de este decenio – salvo para extenderla a todos los pueblos, tal como nos anima a hacerlo el ejemplo de Mirta Kadivar en la República islámica de Irán. Las religiones han conseguido orientar a la humanidad hacia divinidades de utilidad dudosa, y cuya existencia está sujeta a controversias. ¿Por qué retroceder ante la noción de una humanidad analizante? No es algo para mañana, se lo concedo - ¿pero para pasado mañana? ¡Tomorrow, the World! La llamo "Jacques-Lacan" porque procuraré que sea digna de este nombre. Será una asociación sin fines de lucro; intentaremos que sea reconocida de utilidad pública. Alojará el Polo parisino del que hablaba, al que se añadirán los principales establecimiento de Uforca, y los mejores del extranjero, como el ICBA (Instituto Clínico de Buenos Aires) o el Seminario franco búlgaro distinguido por Judith Miller. Me parecería bien que esta Universidad aloje un Instituto Lacan, dedicado a los estudios lacanianos. Veo que ayudará a los establecimientos de enseñanza del Campo Freudiano a reconfigurarse y a perfeccionarse, sobre la base del voluntariado y, ya lo dije, con el respeto por las autonomías de gestión. Reducir al mínimo el número de establecimientos de gestión directa. La Universidad Popular deberá dotarse de un departamento de publicaciones, en el que se reinscriba el Journal des Journées, LNA -Le Nouvel Âne-, Ornicar?, y abrir una Web y un Blog propios. Hago el acto. No tengo más detalles para comunicar. Los discutiremos después, con el espíritu de las Jornadas, win-win. Esta Universidad Popular la construiré a cielo abierto, bajo la tiranía de la transparencia, con aquellos que querrán colaborar con ella, en particular en el Journal des Journées, y en Twitter.


Jacques-Alain Miller

Traducción Miquel Bassols

(1) Creada el 8 de noviembre de 2009


Volver la mirada atrás

El debate sobre el pase en el Journal des Journées marcha hacia su primera escansión suspensiva : mañana a las 20hs, el Journal cesará de aceptar nuevas contribuciones sobre el tema . Su editor siente el deseo de de volver la mirada hacia atrás, como para ver la anamorfosis de los Embajadores. ¿Cómo diablos comenzó todo esto?


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Apenas conozco a Sophie Gayard . Recuerdo haber tomado con ella una copa en la terraza de La Marquise, calle Vaugirard y boulevard Montparnasse, en compañía del equipo que salía de corregir un número del Nouvel Ane. La volví a ver una vez más, el año pasado, en mi escritorio, a pedido mío, para evocar las entrevistas que había tenido junto con los otros candidatos a entrar en la Escuela. Es de Sophie que,l miércoles siguiente a las Jornadas de Noviembre, recibí una carta que publiqué de inmediato, casi tal cual: creo recordar haberle pedido autorización para quitar un signo de exclamación. Releí esa carta. Candidata al pase, Sophie debió franquear, para escribirla, una reserva que se le adivina de naturaleza. Una voz se eleva, dulce, modesta, que no acusa a nadie sino a la que habla. Desde el sábado a la tarde, en la mitad de las formidables Jornadas que acaban de producirse, estoy ocupado con algo mío que no anda. Desde el sábado a la tarde, es decir después de la asamblea general de la Escuela. Una discusión comenzó respecto del pase, después de que Gil Caroz no dejara pasar la observación de Bernard Seynhaeve sobre –lo escaso sería aun decir demasiado- la ausencia de nominación de AE desde hace más de un año. No tomé la palabra pues no estaba completamente de acuerdo con una parte de lo escuchado. He aquí lo que hace mi disconformidad conmigo mismo. Ella dijo entonces algo simple y al mismo tiempo audaz y perfectamente original: la cuestión del pase no se reduce al AE; conviene tomar las cosas por otro lado; que “es el lugar del pase en la Escuela lo que está en juego”; que “es una batalla en cada instante”, homóloga a “la batalla concerniente al lugar del psicoanálisis en el mundo”. He aquí que, al final del texto, la voz, voz de escritura pequeña voz de mujer descontenta consigo misma, desplaza su punto de emisión para transformarse en la voz de algo así como el espíritu del psicoanálisis - trastornando los discursos rígidos , interpelando, atacando a cada uno de nosotros. Ciertamente, podemos sentirnos desolados porque el buzón del secretariado del pase esté vacía (¿lo está a ese extremo?) pero al decirlo ¿no estamos desconociendo que estamos a punto de –no se cómo decirlo mejor- “poner la falta del lado del otro”? Es eso lo que resonó tan desagradablemente a mis oídos en sábado a la tarde. Pues el dispositivo del pase implica a cada uno en la Escuela. ¿Qué dicen los pasadores ¿Qué dicen os analistas que los nombran?¿Qué dicen los pasantes no nominados ? ¿Qué dicen los analizantes que dudan de presentarse? Cierta recolección de esas múltiples experiencias, a pesar del uno por uno que singulariza cada una ¿no podría acaso esclarecer también la reflexión que se impone? Pues el pase no existe sin todos ellos.


2

¿Desde dónde hablaba esta voz? ¿Y de qué derecho? Y bien, simplemente del derecho de hablar –derecho felizmente preservado en esta Escuela, derecho de hablar sin tener título para hacerlo, derecho de hablar a diestra y siniestra, si, a veces y especialmente, cuando las bocas autorizadas están mudas y consideran hacerse los ausentes una decisión de alta política. Para ser breve, una Sophie descontenta de sí misma supo hacer lo que un Colegio del pase no supo, no quiso hacer: autorizarse de sí-misma, invitar a la Escuela a hablar; interpretar el deseo de esta Escuela mucho más allá de sus miembros legales; e inscribir la cuestión del pase en la política del psicoanálisis. Soy el primero en padecer la insuficiencia de ese Colegio puesto que me debe su nombre, su existencia y su función estatutaria.


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Este Colegio se colocó por sí mismo fuera de juego . “No estoy para nadie”. No se trata de sus miembros, son excelentes colegas, y tan pronto liberados de su sujeción tomaron con premura su lugar en el debate. Pero este debate, el gran torcimiento que comienza no se lo debemos ni a ellos, ni a mí, se lo debemos al coraje de una voz menuda. Un Colegio sesionando a puertas cerradas y librando sus recomendaciones a un Consejo impenetrable era necesario en 1982 para reanudar con la experiencia del pase, ya que Lacan no estaba más aquí. Sus alumnos, pretendidos alumnos, pequeños astutos que habían comprendido que el medio más seguro de llenar sus consultorios consistía en pegarse a lacan lo suficientemente cerca como para que cayeran sobre ellos algunos de sus brillos –sus alumnos no tuvieron nada más urgente que negar el pase, calumniarlo, pisotearlo. Y bien, este Colegio modelo 1982, revisado en 2007, hizo implosión bajo nuestra mirada . Los sobrevivientes se precipitaron en el Journal del Journées, donde se reunieron, uno por uno, con todo el mundo. Hicieron bien. Esto significa algo: que en lo sucesivo, los fundamentos del pase serán discutidos por todos y a cielo abierto. ¿Oportunismo? ¿Populismo? ¿Adaptación a la “modernidad”, a la “posmodernidad”? Simplemente un retorno a las fuentes. Si el pase enraizó en la Escuela de la Causa freudiana es por tres razones:

1- Porque yo había demostrado, y ya durante la disolución de la Escuela freudiana de Paris, que no era una parte descartable de la enseñanza de lacan sino un punto neurálgico cuya ablación era imposible, a excepción de salir del campo freudiano propiamente dicho;

2- Porque yo le había dado forma operatoria por la redacción de dos textos reglamentarios, cada una de cuyas palabras había sido planteada, sopesada, escrutada, argumentada en el transcurso de largos, interminables debates durante un año entero.

3- Porque yo había obtenido sobre esos textos la aprobación casi unánime de los miembros de esta Escuela expresada por un voto en una Asamblea general extraordinaria. El crédito que este procedimiento a cielo abierto le valió al pase fue incrementado por la pertinencia de ciertas nominaciones (no por todas) que parecieron probatorias. Este crédito se dilapidó locamente . La futilidad del último Colegio del pase terminó por agotarlo. El fondo-de-confianza está, en adelante, vacío . Conviene reconstituirlo No alcanzará con algunos retoques, dos o tres parches, para que la economía libidinal vuelva a andar. La primer condición para superar la crisis del pase en la ECF es reconocer sin ambages que el pase de papa está muerto. Se tratará en el 2010 de refundarlo, como supimos hacer en 1982.


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El Consejo de administración que en el 2007 tomó a su cargo modificar el texto votado casi por unanimidad de los miembros, cometió sin duda alguna lo que se llama en buen francés un abuso de poder. Oh! No le tiro la piedra a sus miembros: me enteré del procedimiento elegido, articulé mi desaprobación pero no me rebelé, dejé hacer; a pesar de estar en completo desorden, la afirmación repetida de la supremacía del “Bureau” parecía prometer un resulto esfuerzo para reanimar el pase.

El hecho es, a decir verdad, de poca importancia al lado de la deconstrucción metódica de la que fue objeto el sistema del pase que yo había montado Un ejemplo. En ocasión de una reunión reciente del Consejo al que asistí a título de invitado – la primera en la que acepté participar después de varios años- Esthel pudo decirme , sin ser desmentida que , desde hace siete años, no hay más enseñanza de los Carteles del pase, como figura o figuraba en buena y debida forma en los estatutos. Los estatutos no son nada si el deseo no está ahí


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En definitiva, esto da esperanza . El pase ha sido, si puedo decirlo, construido por la mano del hombre, puede ser reconstruido por la mano del hombre. La atonía, incluso la asfixia del pase en la ECF tiene razones precisas. No todas son tan evidentes como las que evoqué, pero pueden ser cernidas. Ningún misterio. Causas y efectos. El instante de ver que Sophie Gayard fue para todos nosotros fue seguido de una cascada de “testimonios” que repercutían la sorpresa . La próxima “Conferencia sobre el pase “ inaugurará formalmente el tiempo para comprender que ya se instala con pasos contados en estas páginas. El momento de concluir le seguirá a su hora y en su lugar.


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Hasta el presente el pasador ha sido curiosamente puesto como el centro de interés . El batallón de contribuciones salidos del Colegio del pase pesó en ese sentido. Es que lo más sustancial de su primera reunión (el secretariado me comunicó el acta), una “ronda” que llevó tres horas, fue un testimonio sorprendente sobre esa cuestión. Y todos, o casi, a pisarle los talones –pero, ¿acaso era ésta “la sartén por el mango”, el único objetivo? Hubiera podido interesarse, por ejemplo, en los jurados. Entonces se hubiera percibido la desaparición de las enseñanzas. Se hubiera sabido que el informe de los Carteles del pase había dejado de ser publicado en la revista –desde 2002, según me dijeron. Se hubiera llegado a cuestionar el deseo de esos Carteles estos últimos seis años y la interpretación del deseo de la Escuela por estos Carteles . Se hubiera tematizado el deseo de nominar y el deseo de no nominar, el deseo de alentar y el de desalentar. Los Carteles del pase, el tiempo de su función, son el Otro al que uno se dirige. ¿Cuál era su mensaje, estos últimos seis años, más allá del enunciado? Sin duda no se puede nominar a todo el mundo. Hace falta entonces la máquina de los rechazados . Y estos no tienen ningún motivo para alegrarse ni de entrar en las razones de sus jueces . Pero un afecto recurrente de desaliento parece provocar una epidemia en la Escuela. No ha perdonado ni a los mismos Carteles que se recluyeron en el silencio. Ahora hacen falta cifras . ¿Cuánto tiempo deberemos esperarlas?


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¿Cómo serán los carteles del pase en la ECF después del 1º de enero? Yo estaré en uno, Eric laurent en el otro. Miquel Bassols y Serge Cottet, ex más-uno, se repartirán también, así como los AE Bernard Seynhaeve y Antoni Vicens. He aquí lo que resulta de los últimos seis años. Dos pasadores serán elegidos por sorteo . Dos más-uno serán electos. Por mi parte me gustaría dedicarme desde este sitio a mantener en la Escuela el espíritu de las Jornadas. Con el conjunto de los miembros y los famosos “nuevos inscriptos” trabajaré con gusto en repensar y refundar para el siglo XXI la preciosa invención de Jacques Lacan, la de un procedimiento que permite verificar el final de un análisis, al tiempo que desbarata la cooptación y el cierre (“Serrata” de Venecia ) que prefieren naturalmente las personas ubicadas.


Jacques-Alain Miller

Journal des Journées Nº69

12 de diciembre de 2009

Traducción Sophie Battistini-Caussil


Dos efectos inmediatos de una nominación

Pocas horas después de recibir la comunicación de mi nominación como AE, me dirigía a la EOL para un seminario que dicto conjuntamente con tres colegas. A punto de llegar me encontré desorientado, había pasado literalmente de la puerta de la Escuela. Afortunadamente encontré rápidamente la entrada que buscaba. Esa misma noche, un sueño sin angustia: una comida con colegas en el campo (argentino y Freudiano). No puedo establecer una conversación más allá de unas pocas palabras y me encuentro atendiendo a los movimientos de un amigo, ex AE. “¿Qué hace un AE en estas circunstancias?”, era la pregunta del sueño. Al despertar ya estoy pensando en esta, mi primera intervención en JJ. Dos efectos inconscientes que no llaman a la interpretación, dicen de la renovación del lazo con el Otro Escuela, tras el franqueamiento que es el pase. Dos efectos que se inscriben en la línea del debate actual sobre el pase: otro criterio de perfección, a la medida de cada uno y no tan separado del trabajo analizante. ¿Qué empuja a un analizante a hacer el pase?(1) En ocasiones un puro deseo de transmitir la experiencia y el punto de salida, en mi caso se agrega el work in progress sobre el síntoma-sinthome y los efectos sobre el cuerpo. Esto más que una respuesta, es un “ponte al debate!”


Gustavo Stiglitz

Journal des Journées Nº 70

10 de diciembre de 2009

(1) Elisabeth Leclerc-Razavet, JJ 68


Witz , teatro, enunciación

Jean- Daniel Mattet subrayaba que “comprometerse en el dispositivo del pase en la ECF es muy diferente a intervenir frente al público de las Journées”, la gran diferencia siendo “la existencia de un filtro de pasadores” en el dispositivo. Y, en efecto, la estructura del dispositivo inventado por Lacan es ternaria; Lacan remite a la “Dritte Person” del Witz para caracterizar esta forma de transmisión muy particular. Sin duda el procedimiento estuvo calculado en función lo que estaba en juego en 1967: extraer algo del orden del matema respecto al pasaje a de analizante a analista, mas allá de los efectos retóricos de los dichos del pasante. Se reconoce ahí la “creencia extrema en la lógica” de Lacan en esa época , tal como J-A Miller lo subrayó en su presentación del tema de la AMP : “Semblantes y sinthoma”. Estos ultimos años , J-A Miller evocó varias veces “el teatro del pase”, sacando consecuencias de la última enseñanza de Lacan, por ejemplo el texto de 1976 ; “l’esp d’un laps”. Aquí los efectos de seducción retórica no se evitan más. Los cuerpos están en presencia. Cada testimonio de pase,como “hystorización”, “asume la mentira de la verdad”; y el “espectáculo de los testimonios” responde también al “deseo de nuestra comunidad”. Las recientes Jornadas de la ECF han sido un teatro tal, su estilo me parece en resonancia con la última enseñanza de Lacan. Llegada a este punto, me detengo, tengo el sentimiento que algo no va: ¿qué estoy diciendo? ¿que el procedimiento está fechado, que no va más? No necesariamente, no más que la última enseñanza torne caduco lo que la precede. Por otra parte, cuando J-A Miller habla de teatro, lo hace en relación a un tiempo del pase, aquel donde los AE enseñan –un tiempo P3, diría, para distinguirlo del tiempo P1 (momento del pase en el análisis) y P2 (procedimiento del pase). Comparo entonces dos cosas diferentes, hago un error de lógica. ¿Entonces, borro y olvido la idea que se me ocurrió ? Saco una pregunta: ¿cómo definir la enunciación hoy y cómo hacerla “pasar”?


Anne Lysy-Stevens

Journal des Journées Nº 66

4 de diciembre de 2009

Trad :Sophie Battistini- Caussil


Comunicado del movimiento universitario por el psicoanálisis

Por un mail publicado en la lista “Kamel Gana”, el 25 de noviembre del 2009, M. Swendsen anuncia una buena noticia: el psicoanálisis es ahora soluble en la ciencia. No concibe ninguna dificultad en someterla a “una evaluación científica rigurosa”. Los expertos del AERES, nombrados por el Ministerio, resolvieron entonces el difícil problema de saber qué es una ciencia y disponen de criterios para medirlo. ¿Por qué guardan escondido tales descubrimientos quienes hasta ahora resistían a las investigaciones de los mejores epistemólogos? Parecen haber concluido sobre otra dificultad ampliamente debatida: ¿es la ciencia el único modo de conocimiento posible? Avances tan considerables no pueden permanecer reservados a algunos especialistas: deben ahora llevarlos al conocimiento público. Se puede esperar que tendrán mas para proponernos que el criterio popperiano de falsabilidad cuya característica poco convincente ha sido varias veces demostrada. Recordemos que ninguna experiencia puede revelarse decisiva para refutar una teoría. Por un lado, porque no es mas que un enunciado determinado quien esta comparado con los hechos, y no la teoría en si misma, ahora bien no se podría evaluar todos los enunciados en relación a la experiencia; por otro lado , mas importante todavía, si los hechos observados no confirman la teoría, la tratativa inicial del científico no es abandonarla, sino completarla con nuevas hipótesis. Las irregularidades factuales en relación a las tesis centrales de la teoría pueden acumularse, las hipótesis ad hoc se irán agregando hasta que una nueva teoría sea no solamente concebida sino aceptada por la mayoría de los especialistas. La unificación de la ciencia bajo la égida de la epistemología de Popper no ofrecería otra promesa que la de una esterilización metodológica de ciertos campos. “No se puede evitar mucho la conclusión, señala el matemático René Thom (1984), que no hay un único criterio de la cientificidad, cada campo disciplinario elabora sus criterios propios de cientificidad, tomando en cuenta las posibilidades deductivas que se presentan ahí. El criterio popperiano de la falsabilidad puede ser válido para la física (aunque no estoy seguro del todo). Es por parte de los físicos un acto de imperialismo injustificable querer imponerlo a otras disciplinas”. Desde entonces, los epistemólogos los mas pertinentes llegan a una constatación de fracaso: “el problema de la demarcación entre lo que es ciencia y lo que no lo es no está todavía agotado” (Paty, 1982). La ciencia es múltiple. Antes de los recientes descubrimientos del AERES, no existía su definición neutra y objetiva. Es más, una de las características mayores de las investigaciones científicas del siglo XX reside en la multiplicación de las demostraciones de incompletud. Se conocen los teoremas de Gödel que establecían que existe en aritmética proposiciones a la vez verdaderas e indecidibles. Pero existen otros agujeros irremediables en las conexiones rigurosas de las letras de la ciencia : la refutación de la hipótesis del continuo por Cohen, el teorema de indecidibilidad de Church, el principio de incertidumbre de Heisenberg, el teorema de la parada de Turing, el teorema de la verdad de Tarski, etc. Pasa a veces que una ficción intenta cubrir la aporía lógica, tal es el caso de la famosa tesis astronómica del big-bang, aunque proviniendo de formalizaciones matemáticas rigurosas, no sabría clausurar la interrogación sobre el origen, ni callar al ingenuo preguntando por lo que precedía a la explosión inicial. Estos agujeros en los enunciados más rigurosos hacen acordar que los saberes científicos son reducciones discursivas de lo real hechas a partir de hipótesis concebidas por un sujeto. Ahora bien, hay una condición necesaria, pero no suficiente para determinar lo que es científico, es que este sujeto no aparezca mas. Cuando los resultados de una experiencia están condicionados por los estados de ánimo de aquel que la hace, tal como en la alquimia o el chamanismo, hay consenso para considerar que no se trata de una ciencia. Fallidos, sueños, delirios, síntomas no pueden encontrar lugar en el discurso de la ciencia: son siempre singulares y no reproductibles en laboratorios. Una especificidad del psicoanálisis, ignorado por M. Swendsen, reside en que su estudio apunta al sujeto que hace a la ciencia, por este hecho debe rechazarla metódicamente: el sujeto solo vuelve a aparecer en la mediación de agujeros en el saber, centro de su inserción. Querer hacer entrar el psicoanálisis en el discurso de la ciencia equivale a desconocer su especificidad. Releva en otro campo epistemológico y no puede usar sin renegarse de las herramientas propias al método experimental. Desde entonces, el MUPP saluda y aprueba la iniciativa de los Profesores del CNU sección 16 quienes se rehúsan en participar de los peritajes del AERES, sabiendo que los criterios seleccionados operan de hecho en una pre-evaluación particularmente inequitativa para el psicoanálisis y la psicología clínica. Hay que recordar que el método clínico no es el método experimental y que nada justifica epistemológicamente querer subordinar la primera a la segunda. El MUPP pide a los psicólogos clínicos universitarios no participar más en los peritajes del AERES –sabiendo que en su modo actual solo pueden conducir a la desaparición de sus formaciones. Únicamente la propuesta de escisión del CNU sección 16, propuesta por el Sindicato Nacional de Psicólogos podría permitir salir de una situación nociva que alimenta desde décadas tensiones entre psicólogos que intervienen en la universidad.


Jean-Claude Maleval

Journal des Journées Nº 65

3 de diciembre de 2009

Traducción: Sophie Battistini-Caussil


Comunicado de Jacques-Alain Miller

Bernard –Henry Levy aceptó mi propuesta de presidir desde el principio y hasta el final el Foro del 7 de febrero próximo en la Mutualidad “La Evaluación, una cultura de muerte “. En ocasión de ese Foro, LNA ( el Nuevo L´Ane ) presentará su décimo número . La aparición del número está prevista para mediados de enero. La encargada de la redacción es Agnés Aflalo.


Journal des Journées Nº 62

24 de Noviembre de 2009

Traducción Vera Gorali


La Suerte(*) en la Política Lacaniana

Querido Jacques Alain

Lo que tu llamas el Seminario franco-búlgaro distinguido por mi, es un laboratorio muy particular del CIEN. Existió porque tomamos la decisión de trabajar con Médicos del Mundo, que tenía el apoyo del Consejo General de Aquitania y sobre todo gracias al deseo decidido de Daniel Roy y de colegas de Bordeaux tan emprendedores y disponibles como él. Cuando me hiciste testigo del proceso de reflexión que te condujo (en 1999 o en el 2000 ) a crear el CIEN, me anunciaste que me confiabas sus destinos. Trabajé mucho, particularmente con Anna Aromi, quien inventó la revista El Niño, con Beatriz Udenio para América latina y con Philippe Lacadée en Francia. El CIEN existe , y su “interdisciplinariedad” que asegura una verdadera “educación freudiana“ del pueblo, no solamente en Francia, sino también en Brasil y en Argentina. Pondré el mismo compromiso y aplicación para hacer existir dignamente la Universidad popular Jacques Lacan si tu así lo quieres. Guardé un ejemplar del Anuario 2009 de los laboratorios del CIEN francófono. Este Anuario aparece cada año, allí donde el CIEN existe. El CIEN tiene un Boletín electrónico; con todo gusto te inscribiremos en su lista de distribución cuando lo desees. Es evidente que las redes del Campo freudiano estaban preparadas para el acontecimiento que la preparación de las Jornadas anunciaba. Se esperaba que ellas marquen un antes y un después en la política lacaniana. Sin embargo nadie –ni los participantes de las Redes ni yo misma– podía imaginar la fuerza del golpe de viento y de despertar de estas Jornadas. Creo poder decir que la mayoría nos sentiremos honrados de contribuir con la UJL.


Judith Miller

Journal des Journéés Nº 57

14 de noviembre de 2009

Traducción Vera Gorali

(*) N de T : Le bon-heur : en Fr., juego de palabras que condensa la felicidad, la suerte o fortuna, con la buena hora o momento oportuno.


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Ateneo de Investigacion: "La práctica analítica en el Campo freudiano de Argentina desde 1980”

Responsable: Vera Gorali

Ana Larrosa, Marta Peña, Sophie Battistini-Caussil, Horacio Gargano, Julio Monzón,Carlos Gustavo

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